Empezamos un nuevo año y por ahí hiciste rituales y balances especiales. Yo los amo y hace rato son parte de mi vida en esta fechas. Sin embargo no siempre me sentí bien después de hacerlos porque detectaba que enseguida sentía una gran ansiedad y expectativa por lo que iba a venir y mi mente comenzaba a decirme todo lo que ya debería estar haciendo para cumplir estas nuevas metas. Entonces entendí que tenía que la mejor manera de ponerme primera era d e j a n d o d e h a c e r.
Por eso, si te sentís así después de estas fechas tan especiales, te quiero compartir qué hice, vaya paradoja, para dejar de hacer:
Estar p r e s e n t e de una manera muy especial, observando tu vida hoy:
Observar y tomar consciencia de todo lo que ya hoy ES tu vida te aporta c a l m a y g r a t i t u d. ¿Por qué? Porque tomamos consciencia de la maravilla que ya existe en nuestra vida: nuestro cuerpo, la capacidad de despertar cada mañana y ver la luz del día, tomar nuestras propias decisiones, tener algo que comer en la alacena, las personas con las que contamos, la ropa que llevamos puesta.
Y si creés que ahora mismo no hay nada bueno en tu vida te desafío a que lo encuentres. Por lo pronto en este momento estás conectada a Internet y contás con un celular para poder leer el posteo, a veces normalizamos o damos por sentado todo lo que nos rodea. Y no, no se trata con conformarse, se trata de cultivar un estado de apertura para que lo bueno se multiplique en tu vida.
Nuestra vida hoy ya ES mucho más rica de lo que creemos.
Feliz 2023! con amor, Luz Luján .-