Hay muchas maneras de hacerlo, cada quién debería usar la que resulta amigable, a veces probamos un par hasta encontrar la que nos sirve. A mí me ayuda mucho escribir, tener mis ratos a solas y conversar conmigo misma a través de la escritura. A otras personas les sirve salir a correr, pintar, cocinar, conversar con alguien.
Lo importante es reconocer que se trata de un momento único que nos debe permitir conectar con esa pregunta. Que nos permita observarnos, observarnos en esa situación que nos inquieta. ¿Qué podemos encontrar allí? un montón de cosas, una a la vez nos pueden ayudar a encontrar nuevas maneras de integrar.
Por ejemplo:
– la cantidad de tareas y responsabilidad que asumimos
– los plazos que nos ponemos para cada compromiso (a veces ya sabemos de antemano que son imposibles y sin embargo allá vamos de nuevo)
– cómo nos vinculamos con colegas, jefes, clientes, qué tipo de diálogo tenemos con cada quién.
En cada uno de esos aspectos hay un mundo por explorar que nos ayuda a acercarnos a ese sueño de trabajar alineadas (y no alienadas) a nuestros principios.
¿Cuántas veces te permitiste contemplar el proceso luego de la queja, el enojo o la frustración? ¿Esa observación es desde el reproche o desde el amor?