Qué hacer con la incomodidad de parar

La pausa no es difícil de hacerla en sí, no tiene ningún misterio. Pero a veces las salteamos porque hacerlas implica abrirle la puerta a pensamientos y sentimientos con los que no tenemos ganas de conectar.

Si te cuesta mucho parar, tal vez te estés resistiendo. Pero no se trata solo de una resistencia consciente, muchas veces no lo registramos.. Parar nos saca del estado de adormecimiento en el que nos mantiene una rutina frenética y nos pone frente a todo lo que estamos ignorando o evitando ver, escuchar y sentir.

Tomar una pausa no es necesariamente placentero pero hacerlas es clave para que puedas lograr resetearte y ver qué de todo lo que hay hoy en tu día a día tiene sentido y qué no.

Hay cuatro pasos que pueden ayudarte a transitar esa incomodidad y que tomarte una pausa no se sienta en vano:

– Asumir que la pausa te está incomodando y qué es lo que te incomoda.
– Canalizar ese malestar, alíviate.
– Despegarte de la identificación con la urgencia como modo productivo.
– Crear una nueva identidad donde las pausas sean tan valiosas como el hacer mismo.

Acá te cuento más en detalle de qué se tratan estos cuatro pasos y acá te cuento un poco más sobre esa resistencia.

Escribime contándome si te sirvió y si tenés dudas de cómo ponerlo en práctica a hola@luzluján.ar

pd. Recordá que podés aprender a crear tu rutina de calma con el Workshop Slow y si te animas a ir más profundo, la mentoría Ser la calma es el lugar para vos.