Date una pausa de reflexión e inspiración en La Casa Azul Podcast

Tiempo de repliegue de la naturaleza. Tiempo mágico de conectarse con el entorno en otro nivel, uno más sutil, más "imperceptible".
Otoño

Es la época del duelo, del desprenderse, de las emociones vinculadas a la nostalgia. Algunos desprendimientos se dan solos, otros cuestan más, como cuando sacamos la piel de la cebolla que está más pegada y hay que tirar un poco.

Hay una serie de tai chi que, hace unos cuantos años atrás, me enseñó muchísimo sobre la circularidad vincular de las estaciones, las emociones y el cuerpo. Me ayudó a conectarme con mi energía y la de mi entorno de otra manera. Más bien como un flujo de diferentes intensidades, que como una carga constante a 220 como estaba habituada por ese entonces de periodismo frenético.

En resumen, quiero compartirles la importancia de estos momentos, ya sea que nos toque en el otoño “real” del año o en otro momento. Ya lo saben, pero se los recuerdo: sin otoño, sin invierno, no hay primavera, no hay verano. Abracemos esos momentos porque en esta era donde la positividad se convirtió en una obligación, metemos las demás emociones abajo de la alfombra.
No es que desaparecen porque no las nombremos, o no las miremos de frente. No hay de qué avergonzarse por sentirlas. Si les damos ese espacio, podremos agradacerles por lo que nos vinieron a enseñar y decirles adiós más fácilmente.

¿Cómo vienen con eso de darle lugar a las emociones menos populares?

Pd: En #ElCorreoAzul del último sábado conversamos sobre el cierre de ciclos, pero en el próximo #newsletter les traigo algunas novedades. Para los seres exclusivos que están suscriptos, ya les llegó un adelantito. Se termina una etapa tan “virtual” y vamos por esa hibridez que amo tanto.

Las últimas novedades sobre comunicación, emprendimiento y sostenibilidad están en El Correo Azul

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